En el andar cotidiano, la visión se reduce, esta se concentra en la lejanía más que en la intimidad (en el detalle casi imperceptible), El ir tras el aire es agotador, buscamos la sabiduría de la vida en el exterior, en el activismo incansable de la cotidianidad.
Estoy convencido que la sabiduría de la vida no esta donde todos la buscan, ahí donde no hay descanso y mucho menos tiempo para escucharnos a nosotros mismo, la encontraremos en la contemplación y el ensimismamiento moderado pero profundo, desmenuzando ideas y pensamientos inusuales e ilimitados, sin censura con libertad, inténtalo, pero te advierto que puede llegar a ser a convertirte en tu pasatiempo favorito.
Llegara el momento que se manifieste la necesidad de trasmitir el crecimiento adquirido en tu interior y siempre encontraras oídos que te escuchen y aprecien tu reflexión.
Caminando hacia el enclaustramiento de la labor cotidiana, volteé hacia abajo y mire mis zapatos no era casualidad, es que olvide mis anteojos y como resultado de eso mi visión se redujo y lo que mejor podía ver era lo mas cercano.
Mire esos Zapatos maltrechos, raspados y llenos del polvo y pensé que eran sinceros que eran el reflejo del camino que uno ha recorrido, testigos sin reproches de la historia que lleva a cuestas, como los voy a limpiar, sería como no tener historia seria como que no hay marcas en el alma del camino recorrido.
Hay tantas preguntas en el aire y uno se esfuerza en encontrar respuestas que alivien nuestra existencia, yo me pregunte porque es que no me gusta limpiar los zapatos.
MANTRA (fragmentos)
Hace 11 años
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