Escucho la música de la ciudad en donde los patrones y los clásicos compases no dejan de sonar, la disfruto, y encuentro el placer en “el día robado” caminando con calma a un lado del trabajador que ya va tarde para empezar su larga jornada de trabajo.
Al parecer es algo cruel pero no puedo dejar de decirlo, no hay día más placentero que el día improvisado, en donde paseando por las calles te sientes como extraño y la gente así te lo hace ver , no pueden soportar que cuando para ellos el tiempo pasa como una locomotora apunto de arrollar a cualquiera que se atreva a detenerse yo plácidamente puedo observar en una hendidura de la banqueta más transitada del centro a una comunidad de Hormiguitas que se asemejan tanto a la población que hasta risa me da, pero me gusta imaginar que ellas lo hacen felices porque saben que trabajan por una razón, su esfuerzo tiene un sentido “ la sobrevivencia” y muchos ortos principios como la previsión para los tiempos difíciles por mencionar algunos, no como nosotros los humanos que no dejamos de trabajar y a veces no sabemos ni porque, tal vez solo estamos cumpliendo designios de alguien más, no propios , yo creo que hoy en día la faena se alarga cada vez más sin sentido y se pierde tanto tiempo de nuestra vida tratando de alcanzar lo inalcanzable solo porque así lo dice quien sabe, “ la posesión de esto y lo otro significa el éxito y por consiguiente la felicidad”.
La felicidad, que concepto tan difícil de asimilar, no hay razón para no creer en él porque todos algún día , hora o instante lo hemos sentido, pero es muy escurridiza y no la podemos conservar y nosotros que acostumbrados a comprar todo aquello que queremos conservar a veces nos desesperamos porque por más que tengamos se nos escapa, es caprichosa y es un visitante imprudente e inesperado no avisa y cuando menos preparados estamos, llega, llega y se queda por un solo instante, yo no sé cómo es que se retiene a la grandiosa felicidad pero si me he dado cuenta de que mientras menos te esfuerzas en tenerla ella te acompaña durante el trascurso de tu día y si lo intentamos sólo por un día y otro día y otro, se hace colección y pronto nos daremos cuenta de que esa colección es un tesoro y ya es una vida, pero recuerda no intentes quedártela para ti solo porque se ira.
No intento convencer o encontrar el origen de la felicidad, solo pretendo compartir el instante de lucidez que se instala en mi mente y me deja ver cosas maravillosas y dignas de contar, es así que yo también encuentro mi felicidad y me imagino que hago lo que quiero y cuando quiero en el mundo que encierran las palabras.
Un día ustedes mis lectores cómplices de mis locuras serán los invitados de honor al viaje al interior de la imaginación de este su amigo que se sentirá complacido si en ese momento los puede alejar de sus preocupaciones y los trasporto a un lugar de calma en medio de toda esta acelerada destrucción disfrazada de vana libertad.
Un saludos, es todo un placer volver a escribir
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe lo que piensas aquí