Ni ingeniero, ni maestro, ni modelo, ni cantante, ni vendedor, ni operador de maquiladora, solamente Carlos, quien ha estas alturas disfruta y se maravilla viendo a las hormigas cargar una hoja que bien la supera en tamaño en 10 veces, soy el mismo que sueña con cantar y pintar por placer.
Mi reloj se detuvo, y a las 6 de la tarde me di cuenta de que nunca se movieron las manecillas, son la 1:20.
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