miércoles, 8 de septiembre de 2010

Castración



El diablo escondido en la ternura de los buenos deseos, nos impide ver a dios en los olores putrefactos de llagas enfermas, tiesas de sangre y pus seca, mientras las moscas buscan posarse en tan esplendoroso manjar.

Sólo hay algo que estoy seguro que me gusta, pero no me atrevo a saberlo, al parecer,  estoy cayendo y no tengo remedio, apago mi celular y me burlo de las personas que me buscan sin cesar y se ofenden al no tenerme a su servicio y a su antojo, por eso estoy sólo, por eso busco estar sólo en la comodidad de una plática de café y cigarrillos en el absurdo cuarto de mi inconsciencia.
Nadie me comprende realmente y creo que nadie lo podrá hacer jamás, por más que amplio mi vocabulario, creo que estamos en la tierra destinados a no entendernos entre nosotros.
He saltado el cuerpo y ahora no sé cómo recuperarlo, a veces me puede más que todo y es egoísta y mal amigo, es cruel y aconseja la muerte. Muerte matizada en vida.
Sigo funcionando, lentamente me acerco al carril  y estoy seguro que retomare el camino, pero ahora estoy flotando, ahora me muero y me muero por todos y por mí.

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